5/10/11

monóxido de carbono en la atención de urgencias extrahospitalaria



Si analizamos el número de intoxicaciones por monóxido de carbono en países con características similares al nuestro, observamos que es mucho mayor al encontrado en nuestro país.
Esto, no es así porque en España no existan intoxicaciones por monóxido de carbono, sino, muy probablemente, sea así porque las intoxicaciones por monóxido de carbono, hay que buscarlas para encontrarlas y no perder su diagnóstico. La realidad es que en Francia hay unas 25 veces más de casos de intoxicaciones por monóxido de carbono que en España (unas 6.000 intoxicaciones /año).
El Reino Unido, tras observar en un estudio retrospectivo, se vió que existía un alto porcentaje de casos de intoxicaciones por monóxido de carbono no detectadas, y se planteó la realización de un estudio en las ambulancias de Londres en el que se buscara la intoxicación por monóxido de carbono en pacientes que cumplieran unos requisitos preestablecidos.

DESARROLLO

Tras un estudio retrospectivo de los historiales clínicos y los análisis postmortem en Londres, se ha observado un alto porcentaje de casos de intoxicación por monóxido de
carbono que no fueron detectados.
Como consecuencia de esto, el Comité Parlamentario encargado de la seguridad de gases propuso un estudio en las ambulancias de Londres en el que se buscaba que los sanitarios realizaran un análisis de CO de los pacientes que cumplieran unos criterios preestablecidos (todos aquellos pacientes que se encontraran en un entorno con materia en combustión y/o todos aquellos pacientes que presentasen dolor decabeza, vértigo y náuseas). Este análisis de monóxido de carbono se debía realizar mediante espirometría o mediante un Pulsicooximetro Rad 57 (Masimo Corporation).
Este estudio ha obtenido como resultado la conclusión de que, en situaciones donde normalmente nadie sospecha una intoxicación por monóxido de carbono, esta puede estar presente, por lo que teniendo en cuenta las consecuencias en la morbimortalidad de dicha intoxicación si no es tratada, es necesario incluir su búsqueda para facilitar su diagnóstico y tratamiento precoz.
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inoloro e insípido cuya afinidad por la hemoglobina es hasta 250 veces superior a la del oxígeno, una vez unido a esta, el grupo hemo de la hemoglobina se vuelve carboxihemoglobina, molécula disfuncional incapaz de realizar el transporte de oxígeno. Además, la intoxicación por monóxido de carbono genera una alteración en los citocromos, alterando el transporte de los electrones de las mitocondrias, y por tanto, el ciclo respiratorio, lo cual, deriva en un daño importante de proteínas, lípidos y ácidos nucléicos.
Asimismo, el monóxido de carbono, por difusión, se une a otras células del organismo, como a la mioglobina, lo que produce una inferior capacidad de contracción en los músculos esqueléticos y lo mas peligroso; la unión del CO a las células del miocardio, células que al estar unidas al CO no se contraen provocando una sobrecarga de esfuerzo compensatorio al resto de células miocárdicas, produciendo arritmias e insuficiencia cardiaca.
La intoxicación por monóxido de carbono se puede encontrar de tres maneras: intoxicación superaguda, intoxicación aguda e intoxicación crónica. La intoxicación superaguda se produce en muy pocos casos, ya que deriva de la inhalación masiva del gas, y consiste en una inhibición de los centros superiores, lo que provoca
convulsiones, coma y muerte fulminante. La intoxicación aguda tiene tres periodos: 1. Precomatoso, que cursa con cefalea, latidos en arterias temporales, náuseas y vómitos, y avanza a parálisis de extremidades inferiores, somnolencia, escotomas visuales y acúfenos. 2. Período comatoso, que cursa con midriasis, respiración débil y alteraciones electrocardiográficas. 3. Período postcomatoso, que aparece si el paciente no fallece y cursa con dolor de cabeza, confusión mental, amnesia, fatiga y debilidad muscular, pudiendo quedar secuelas en piel, sistema nervioso, sistema endocrino y sistema respiratorio. La intoxicación crónica se caracteriza por provocarse por la inhalación prolongada en el tiempo de pequeñas dosis de monóxido de carbono, su clínica varía con el grado de intoxicación alcanzada, pudiendo ir desde dolores de cabeza y náuseas hasta el coma.
El tratamiento de la intoxicación por monóxido de carbono consiste en la administración de oxígeno a elevada concentración, lo cual, en ocasiones, según la clínica y el grado de intoxicación, requiere el uso de cámara hiperbárica.
El estudio realizado en las ambulancias de Londres propone un algoritmo de actuación ante todos aquellos pacientes que por protocolo establecido cumplan los criterios de inclusión, el cual, incluye la medición de monóxido de carbono mediante pulsicooximetría para determinar el tipo de actuación y el lugar de traslado.
CONCLUSIONES
La determinación de los niveles de monóxido de carbono es importante en todos aquellos pacientes que cumplan una serie de requisitos, para así, poder realizar el diagnóstico diferencial con otras patologías cuya clínica es similar. El poder realizar el diagnóstico in situ de manera no invasiva, facilita el tratamiento precoz y la derivación del paciente a un centro adecuado. Se debe sospechar intoxicación por monóxido de carbono en todos aquellos pacientes que sean atendidos en un entorno con materiales en combustión, y/o en todos aquellos pacientes que presenten dolor de cabeza, vértigo y náuseas.

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