24/4/11

Vehículos prioritarios (2): ¿Cómo debemos actuar?


Siguiendo con lo expuesto en la primera parte donde hicimos mención de los vehículos en servicio de urgencia, de sus conductores y facultades a la hora de trasladarse a una emergencia, nos queda comentar cómo debemos actuar ante un vehículo prioritario que nos advierte de su presencia mediante la utilización simultánea de la señal luminosa y acústica.
En un escenario donde afrontamos diariamente los problemas circulatorios de nuestra ciudad soportando pacientemente las habituales retenciones por los imperativos del tráfico tanto en calles como en carreteras, parece como si el ruido de las sirenas formase parte de la música de ambiente y los conductores de vehículos prioritarios tuvieran que ganarse a diario la confianza para demostrar lo importante que es su trabajo.
La norma trata de combinar la preferencia y la urgencia del servicio que prestan los vehículos prioritarios con la seguridad del resto de usuarios, y vamos a verlo.

En primer lugar, que vayan por delante los que con su trabajo responden a conflictos o ayudas humanitarias. Yo no digo de ponerles una alfombra roja como para recoger un oscar o una pista libre para despegar pero ignorar o hacer caso omiso a un profesional que va a donde es requerido y que
cumple con su trabajo, puede resultarle muy frustrante. Si hemos aprendido a exigir ayudas también tenemos que involucrarnos para asumir soluciones y facilitarlas.
Existen estudios sobre demandas sociales donde el riesgo o vulnerabilidad dependerá de la intensidad del peligro y establecer prioridades de intervención puede ser un conflicto cuando para los demandantes “todo es urgente” o no saben realmente valorar el daño o peligro. Quizás no somos conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor posiblemente por miedo y no nos vemos en la situación del que pide auxilio. En el mejor de los casos no respondemos al que nos pide paso para salir del aparcamiento, llamamos la atención con el uso del claxon de nuestro coche al que va mirando las indicaciones de la calle para no perderse, etcétera… y todo por no perder nuestro puesto en la cola de retención o no llegar tarde; en definitiva, como viene a decirnos este video: no utilizamos la empatía.

Si durante nuestra conducción nos percatamos de las señales especiales de cualquier vehículo prioritario de policía, extinción de incendios, protección civil y salvamento, de asistencia santiaria que circule en servicio urgente, tan pronto como nos sea posible, debemos facilitar la preferencia apartándonos hacia un lado dando muestras de ceder el paso o parando nuestro vehículo si fuese preciso.
Cuando la urgencia es originada por un particular (aunque menos probable hoy en día por la rapidez de respuesta de los servicios de emergencia 112) como casos reales y que luego salen en las noticias como por ejemplo la mujer a punto de dar a luz en los asientos traseros de un coche camino del hospital y el marido mientras conduce adviertiendo su presencia con el claxon en forma intermitente o agitando un pañuelo, pues ni que decir tiene que, tendremos que aportar nuestra ayuda a tan desesperante situación. ¿Cómo? Pues facilitándoles el paso como si de un vehículo prioritario se tratara.
En ambos casos el conductor del vehículo prioritario, ya sea particular o profesional, tiene que advertir sin sorprender para que los demás conductores puedan localizar por donde se aproxima el vehículo prioritario, poder comprender y actuar tomando las medidas adecuadas para facilitar el paso acorde a las circunstancias del lugar y del momento. Sólo si el desplazamiento se hace ordenadamente, la vía será un lugar de convivencia entre todos los usuarios de la misma.
Prever las intenciones de los demás usuarios, comprender lo que indican con sus advertencias, reaccionar y adoptar las medidas adecuadas, son conductas de colaboración entre usuarios

Otro comportamiento, como usuarios de la vía, que no quiero pasar por alto es la obligación que tenemos de cumplir con las instrucciones e indicaciones de los agentes que nos realicen desde el vehículo policial cuando circulan detrás de nosotros. Si durante nuestra conducción vemos por los espejos retrovisores una luz roja, amarilla intermitente o destellante quiere decir que tenemos la obligación de detenernos en el lado derecho y delante del vehículo policial pero, ojo, con cuidado de no crear ningún accidente, simplemente parar en el arcen o arrimarnos todo lo posible a la derecha para no obstaculizar el tráfico y sin bajarnos del coche esperar las instrucciones de los agentes, que nos la darán bien por megafonía o verbalmente.
También quiero hacer mención a los peatones como usuarios de la vía. Son un componente más del tráfico, próximo objetivo de la DGT cuando caminan por la carretera y, en general, el elemento más vulnerable, por lo que la seguridad del peatón es lo primero. Por tanto, al advertir la presencia de cualquier vehículo con carácter urgente los peatones nos mantendremos en la acera o refugio hasta que pase el vehículo prioritario.
En un sentido muy amplio, vehículo prioritario es aquel que goza de un derecho de preferencia o prioridad de paso en el cruce o encuentro con otros usuarios de la vía, especialmente con otros vehículos. Dicha preferencia o prioridad de paso está condicionada a que, efectivamente, circulen en prestación de un servicio urgente y a la utilización de determinadas señales, luminosas y acústicas, especiales.
Por otro lado como usuarios de las vías tenemos que mentalizarnos de que tenemos que respetar para ser respetados y que el respeto empieza por uno mismo, es decir, tenemos que ser solidarios porque tenemos algo en común y un mismo fin: la vía para desplazarse y llegar con seguridad.

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